Siempre, por estas fechas, para muchos comienza la complicada tarea de elegir en qué colegio van a estudiar sus hij@s.
A menudo, basamos nuestra búsqueda del colegio ideal en un ranking que no muestra la realidad del día a día de una escuela. Creemos importante que nos ofrezcan tres idiomas, que nos digan que con cuatro años ya sabrán leer, que con cinco años podrán recitar la tabla del seis y que el centro consta de instalaciones amplias y recién reformadas.
Y, claro que sí, todos estos datos son importantes, pero creo que deberíamos basar nuestra búsqueda en las personas, en los maestros y maestras, en la libertad de elección según nuestras creencias, en la igualdad de oportunidades, en la pluralidad, en la cercanía de nuestra casa al cole del barrio.
Y es que, nuestr@s hij@s van a pasar mucho tiempo en él y constituye la forma principal en la que les va a llegar la educación. Queremos niños felices. Y que sí, que, por supuesto, les enseñen a leer, pero también que les transmitan la pasión por la lectura, las Matemáticas o la Historia… En definitiva, la pasión por aprender; y no tanto en cantidad, sino en calidad.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos recoge el derecho de todos l@s niñ@s del mundo a recibir una educación gratuita y en igualdad, y esto no puede ser un privilegio. El único camino para garantizar este derecho es la ESCUELA PÚBLICA.
Ahora mismo, la escuela pública en España es democrática, participativa, aconfesional, igualitaria e inclusiva. Y estos son unos valores tan importantes en la enseñanza de nuestr@s hij@s a lo largo toda su vida que la elección de colegio resulta de vital importancia ya que es el punto de partida en la formación de las personas que serán mañana.
La escuela pública atiende las necesidades educativas que puedan tener l@s alumn@s. Tampoco voy a negar que, seguramente, se necesitarían más maestros de apoyo y especialistas, y así, quizá, hubiera menos abandono y fracaso escolar. Pero es, precisamente esa, una de las cuestiones importantes dentro de la lucha por el apoyo de la escuela pública: revindicar más subvenciones del Estado para poder cubrir todos los objetivos para los que ha sido creada.
Sin embargo, y a pesar de los recortes que ha sufrido en los últimos años, los datos académicos han mejorado. Sus alumn@s siguen ocupando los primeros puestos en los procesos selectivos de acceso a la universidad, de las Olimpiadas de Matemáticas y de las demás disciplinas. Esto se consigue, por una parte, gracias al gran trabajo que hace cada día el profesorado que continúa formándose día a día, y, por otra, a la ayuda incansable de las familias.
Por consiguiente, hacemos un llamamiento a las familias que tengan dudas sobre dónde escolarizar a su hijo o hija: los centros públicos son una gran elección, son de tod@s y para tod@s, y permiten que los recursos de tod@s se pongan a disposición de tod@s de la mejor manera posible.
Defiende la escuela pública, la tuya.
Y, recuerda, el mejor colegio es al que van tus hij@s, aquel en el que las instituciones públicas ponen los recursos para que el aprendizaje sea de calidad y en igualdad, independientemente de dónde vivas, cuánto ganes y cómo pienses.
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