¿Piscina o cuadernos de verano?

El verano es muy largo y se puede hacer de todo, incluso estudiar. Pero la vida es demasiado corta como para pasársela enfadado porque la niña lleva una hora en su cuarto mirando la pared.

David Jimeno de la Calle (papá del cole)

Niña con sombrero de paja, sentada a la orilla de la piscina, con una tablet.
Se acaban las clases, y muchos padres y madres empiezan a sentir ese pequeño e irritante gusanillo en el cerebro que dice: “mis hij@s no van a estudiar nada en todo el veraaaano, a lo mejor les tengo que poner alguna actividad por las mañanas para que no se olviden de lo aprendiiiido”. Vamos, que seguimos yendo al cole pero ya nos estamos complicando el verano con historias de cuadernos, números y letras. La pregunta que subyace es la siguiente: ¿ponemos a nuestras hijas e hijos a estudiar en verano, o permitimos que no toquen material educativo durante estos meses?

Para abordar el problema, lo primero que se puede hacer es buscar la definición de vacaciones; si se la pedimos a Google, nos responde sin pudor que es la “suspensión temporal del trabajo, de los estudios o de otras actividades habituales para descansar", descansar, descansar.

Resultados de búsqueda de Google para "definición vacaciones".

Descansar, no hacer nada, tumbarse en el sofá con el mando a distancia de la mano, arrastrarse desde la toalla hasta la piscina para refrescarse, y, si acaso, ponerse las chanclas para ir a comprar un helado y patatas fritas. Me imagino a nosotros, los adultos, cuando decimos que nos vamos de vacaciones, y que llegue el jefe y diga: “estupendo, lo pase usted bien, pero eso sí, cada tres días me envía un informe para comprobar que las cuentas del SICASER cuadran, que eso lo puede hacer desde el portátil”. Pues a lo mejor a alguno hasta le parece mal y le da por acordarse de la familia del jefe y tal.

NIño repasando un libro con tedio.
Por lo tanto, si este periodo se denomina vacaciones es porque se asume y espera que nuestros hijos e hijas no hagan nada educativo, nada que recuerde al colegio, nada que les haga resoplar por culpa de un signo de multiplicación. Así que, dilema resuelto, dejen a sus hijos tranquilos, no les mareen con el tema y disfruten de la vida que es muy corta como para pasársela enfadado porque la niña lleva una hora en el cuarto mirando la pared. ¡Muchas gracias por su atención y hasta la próxima!!!

Niños se lanzan a una piscina en un día soleado.
Pero claro, es que a mi niño le cuesta mucho aprender la lección; es que el verano es muy largo y se puede hacer de todo, incluso estudiar; es que yo quiero que mi hijo sea el próximo Elon Musk; es que no me apetece que la niña sea una vaga y una tarambanas… Vamos, toda suerte de argumentos que nos decimos a nosotros mismos y nos invitan a decidir que en verano nuestra descendencia tiene que estudiar. Vaya por delante que los que tienen que decidir qué hacer al respecto son las madres y padres, que para eso son los responsables de la educación de sus hijos y determinan lo que es mejor para ellos. Pero dicho esto, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones:

  • Lo aprendido en clase no se olvida en verano: lo que ocurre es que no se ha interiorizado completamente en el menor. En este sentido son muy importantes los procesos madurativos del menor. Si por ejemplo un menor está maduro para aprender a escribir y adquiere esa capacidad, no la va a olvidar y si no lo está para comprender las divisiones, podrá aplicar el método para resolverlas, pero no lo interiorizará hasta que su propio desarrollo madurativo dé el paso (si hay dificultades para entender esto, intenten enseñar raíces cuadradas a su hij@ de 5 años).
  • Los niños y las niñas se ponen al día en el momento mismo en el que los profesores y las profesoras les dan la lección. El contenido lectivo se repite hasta la saciedad durante todo el paso por primaria, por lo tanto, cuando les vuelven a explicar los contenidos, los chavales en seguida se ubican.
  • Poner a los hijos a estudiar fuera del periodo lectivo es una fuente de estrés familiar. Implica broncas de los padres porque los hijos no hacen nada y enfados de los hijos porque sus padres no les dejan no hacer nada. Mandar a la niña al cuarto a estudiar puede significar mandarla a distraerse contándose las líneas de las manos. Ponerse a estudiar con el hijo puede suponer una pérdida del tiempo del que una muchas veces no dispone, además de elevar los niveles de cabreína (hormona que me he inventado ahora mismo, y que se activa cuando quieres enseñar algo a tus hijos, pero no te hacen caso).

Una niña juega a la Jenga con su padre y su madre.
Entonces, ¡jo!, esto de poner a estudiar a los niños en verano es muy malo, ¡desterrémoslo de nuestra vida!, ¡miremos con recelo a los padres que lo hagan!, ¡acabemos de una vez con esta lacra que oprime nuestros corazones! Pues no, porque aquí no conviene ver las cosas en términos de bueno o malo, sino de que cada acción tiene una consecuencia. Poner a estudiar a los hijos en verano no compromete la vinculación afectiva de padres e hijos (a no ser que se sea un cafre excesivamente autoritario) aunque se produzca mal rollo, les enseña a mantener hábitos de estudio, lo cual les es útil de cara al futuro y les ayuda a mejorar los resultados académicos.

Círculo de niños sonrientes tumbados sobre el césped, y con las manos como anteojos.
¡Vaya!, y entonces, ¿qué hacemos? Pues que cada uno haga lo que le parezca más oportuno, que conocen a sus hijos mejor nadie y saben lo que estos pueden necesitar. Pero eso sí, lo académico es tan sólo una pequeña parte de todo el complejo entramado del desarrollo infantil y existen otros muchos aspectos que se deben potenciar como mínimo al mismo nivel que el educativo y que son, entre otros:

  • Desarrollo físico: interesa fomentar las actividades físicas al aire libre, correr, saltar, nadar, montar en bici, ir al parque…
  • Desarrollo emocional: lo más interesante de estudiar con los hijos es que se pasa tiempo con ellos. Esto a veces se olvida por las condiciones de vida de los adultos, que a veces implica verse lo justo para decirles “cómete la cena” y “recoge tu cuarto”. Hay que jugar con los hijos, tener momentos familiares de diversión, conocer lugares nuevos, darse caprichos, tener momentos, en definitiva, de felicidad familiar.
  • Desarrollo social: se deben procurar espacios para que los hijos mantengan el contacto con sus amigos y amigas, pero también se deben facilitar contextos para que desarrollen nuevas amistades. Es importante comprender que estos contextos les ofrecen unos aprendizajes que no pueden adquirir en casa, como por ejemplo aprender a relacionarse con los demás, querer y sentirse querido por los iguales, o resolver problemas con los compañeros. Las actividades que estimulan el desarrollo físico son muy útiles para facilitar estos contextos.
  • Desarrollo cognitivo: no es necesario estudiar para fomentar este desarrollo (tampoco creo que sea la forma más adecuada). Dibujar, hacer manualidades, realizar juegos que impliquen el desarrollo de actividades educativas, fomentar la creatividad o leer pueden ayudar a desarrollar el nivel cognitivo del menor en un ambiente distendido, sin que los niños y las niñas tengan la sensación de que aprenden algo.
  • Desarrollo práctico: introducir a nuestros hijos e hijas en las actividades de la vida cotidiana como recoger, limpiar, hacer la comida, comprar. Todas estas actividades se pueden realizar con nuestros hijos para que vayan adquiriendo poco a poco estas responsabilidades.

Una familia con dos hijos corre y salta mirando al mar en la puesta de sol.
Por lo tanto, existe una gran cantidad de actividades que se pueden realizar con nuestros vástagos que van a contribuir a su desarrollo global de una forma incluso más efectiva que el estudio; y la magia de todo esto es que no es necesario programarlas, porque todos y cada uno de nosotros y nosotras, las vamos a estimular de forma natural con las actividades que vayamos realizando día a día, de forma casi improvisada. En realidad lo verdaderamente importante es que, con independencia de lo que se decida hacer, lo inadecuado es la sobreexigencia y la rigidez con la que uno organice las actividades educativas del verano. La flexibilidad y el equilibrio, son valores más adecuados para pasar un verano feliz y estimulante para padres y madres y, sobre todo para nuestros hijos e hijas.

3 comentarios:

  1. Por un momento me he teletransportado a mi infancia, a esa que debo decir que recuerdo cómo una etapa SÚPER FELIZ, esos veranos en familia y no de una semana, ni dos . Mi padre se cogía todo el mes para disfrutarlo en familia, que después de casi 335 días trabajados ya está bien … y nos solíamos ir de camping ⛺️ al de antaño y en la sierra o en la playa , pero juntos , mil aventuras podría contaros … y tantos recuerdos y anécdotas felices 💝, también tuve tiempo para ir de campamento dónde además de tus amigos conocías gente nueva , marchas eternas , hogueras a la luz de la luna , juegos , canciones, sentimientos y sensaciones increíbles 🥰pues eso a disfrutar de la vida que este año hemos visto que se nos fue sin poder aprovecharlo como nos hubiera gustado …pero ya se ve la luz 💪y ahora sí son momentos para disfrutar, playa, rio , piscina , montaña, leer por placer , sentir el agua,aire ,sol ,viento y respirar ya llegará de nuevo la responsabilidad en septiembre y con el mal tiempo qué no nos deje disfrutar de lo bueno de las vacaciones VIVIRLAS A TOPE 👏🏻 Y si sobra tiempo y ganas pues algún repaso pero DESCANSAR es lo principal 👌🏻

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  2. Por un momento me he teletransportado a mi infancia, a esa que debo decir que recuerdo cómo una etapa SÚPER FELIZ, esos veranos en familia y no de una semana, ni dos . Mi padre se cogía todo el mes para disfrutarlo en familia, que después de casi 335 días trabajados ya está bien … y nos solíamos ir de camping ⛺️ al de antaño y en la sierra o en la playa , pero juntos , mil aventuras podría contaros … y tantos recuerdos y anécdotas felices 💝, también tuve tiempo para ir de campamento dónde además de tus amigos conocías gente nueva , marchas eternas , hogueras a la luz de la luna , juegos , canciones, sentimientos y sensaciones increíbles 🥰pues eso a disfrutar de la vida que este año hemos visto que se nos fue sin poder aprovecharlo como nos hubiera gustado …pero ya se ve la luz 💪y ahora sí son momentos para disfrutar, playa, rio , piscina , montaña, leer por placer , sentir el agua,aire ,sol ,viento y respirar ya llegará de nuevo la responsabilidad en septiembre y con el mal tiempo qué no nos deje disfrutar de lo bueno de las vacaciones VIVIRLAS A TOPE 👏🏻 Y si sobra tiempo y ganas pues algún repaso pero DESCANSAR es lo principal 👌🏻

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  3. Por un momento me he teletransportado a mi infancia, a esa que debo decir que recuerdo cómo una etapa SÚPER FELIZ, esos veranos en familia y no de una semana, ni dos . Mi padre se cogía todo el mes para disfrutarlo en familia, que después de casi 335 días trabajados ya está bien … y nos solíamos ir de camping ⛺️ al de antaño y en la sierra o en la playa , pero juntos , mil aventuras podría contaros … y tantos recuerdos y anécdotas felices 💝, también tuve tiempo para ir de campamento dónde además de tus amigos conocías gente nueva , marchas eternas , hogueras a la luz de la luna , juegos , canciones, sentimientos y sensaciones increíbles 🥰pues eso a disfrutar de la vida que este año hemos visto que se nos fue sin poder aprovecharlo como nos hubiera gustado …pero ya se ve la luz 💪y ahora sí son momentos para disfrutar, playa, rio , piscina , montaña, leer por placer , sentir el agua,aire ,sol ,viento y respirar ya llegará de nuevo la responsabilidad en septiembre y con el mal tiempo qué no nos deje disfrutar de lo bueno de las vacaciones VIVIRLAS A TOPE 👏🏻 Y si sobra tiempo y ganas pues algún repaso pero DESCANSAR es lo principal 👌🏻

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